A pesar de que muchos intentaron desanimarme, diciéndome que esa profesión no tenía futuro, seguí mi impulso y comencé a dedicar mi vida al teatro, realizando cursos de teatro, danza, voz y canto.  

Posteriormente fui parte de la primera promoción que inauguró el bachillerato de artes escénicas en mi comunidad. Poco a poco, me fui acercando al mundo profesional a través de compañías amateur y trabajos esporádicos de animación teatral, hasta que cursé el grado en Interpretación Textual en la ESAD de Asturias. También tuve la oportunidad de viajar a otras escuelas, como la ESAD de Murcia, para seguir formándome y explorar nuevas disciplinas, como el teatro gestual y el teatro de creación, además de conocer la vibrante vida cultural de Madrid.